¿Cuál es
el punto en el que perdemos el foco de lo que deseamos y no nos hace seguir
adelante con pasión y entrega para solo dejarnos llevar por la marea?
Es una
pregunta compleja. La mayoría de las ocasiones no tenemos la respuesta con
certeza ya que el ritmo de vida nos obliga a modificar hábitos y pensamiento.
Ahora la
siguiente pregunta ¿Qué hacemos cuando nos damos cuenta que hemos caído esa
rutina? Me parece que es aún más peligrosa esa situación que la primera si no
hacemos nada al respecto.
El caer
en la zona de confort no solo nos quita oportunidades, también nos va quitando
las ganas de crecer personal y profesionalmente o en términos más banales
convertirnos en el Godínez que siempre odiamos.
¿Qué
puedo hacer si pienso que estoy en zona de confort y quiero salir corriendo?
Analiza bien lo que haces y lo que estás dispuesto a hacer por ello. Así como
las posibilidades para cambiar tu entorno. Si eres emprendedor, planea nuevas
estrategias de negocio, ideas novedosas para realizar ventas o productos. Si
eres empleado, habla con tu jefe sobre tus inquietudes y nuevas ideas, tal vez
solo necesites un enfoque distinto y un poco de apoyo para explotar lo que
tienes en la cabeza.
Un buen
amigo me dijo una vez, si la vida que estás llevando no es vida entonces acaba
con ella, lo cual podría aplicar en esto, una vez más si ustedes así lo desean.
Hasta la
próxima entrada.